Lástima que la interpretación de Kharzina se viese deslucida debido al pésimo instrumento en el que tuvo que actuar, aunque con su fastuosa técnica sumada a la compenetración entre ambos intérpretes, este hecho quedó relegado a un segundo plano.
Dolgov sorprendió al público no sólo por su brillantez, a la que estamos acostumbrados cada vez que se sube a un escenario; sino por su madura y depurada versión del virtuosístico concierto. Hizo brotar del piano sonoridades en las que el instrumento parecía una orquesta.
Desde aquí felicitamos a ambos interpretes y quedamos ya ansiosos de que llegue el día de la inauguración del nuevo edificio del C.P.M. de Córdoba, en el que Dolgov se encargará de nuevo de interpretar el Concierto de Grieg, esta vez con la orquesta del Conservatorio, bajo la batuta de Manuel Pérez.
Excelente sonoridad y sensibilidad de las manos de Antón.
ResponderEliminarNo entiendo cómo no pudo prepararse un segundo piano, pues la versión de Tatiana no pudo mostrar en plenitud todos los matices, que quedaron algo apagados.
Bravo.
Espero tener ocasión de asistir al concierto en el nuevo edificio.